jueves, 16 de junio de 2011

El festival del mar


 Depende de la estación del año no ves los rayos del sol. Te levantas con la sensación de que queda una eterna noche para aprovechar. Pero la misma claridad matutina te hace disfrutar de una experiencia para todo amante culinario del pescado o simplemente del mar y su fauna. El que tiene Billinsgate cerca es un afortunado, el que no es un tipo curioso o lo hace por trabajo.
El espectáculo empieza a las 5 AM cuando se abren las puertas de una enorme nave industrial que huele y sabe a mar. Un mercado que cuando te despides, él no lo hace hasta pasadas unas horas o después de una ducha que borre el rastro del olor.

Antiguamente este mercado era el más grande del mundo y estaba situado más al sur-este de Londres, ahora parando en Blackwall o East India tenemos a tiro de piedra la localización.
Existen varios tipos de personas que acuden al mercado: el que acude por bussines, el  curioso o el que experimenta.
El primero compra por negocio y se dedica a pasear stand tras stand para ver quien ofrece el mejor precio. En el fondo estamos en la bolsa del pescado de Londres y para muchos el placer de venir aquí queda al margen. Estos salen cargados de bolsas y se mueven velozmente en el lugar.
El curioso normalmente se presenta con una cámara para captar el momento y a lo mejor se aventura a comprar algo.

El experimentado viene a comprar algo concreto para cocinarlo el mismo día. Éste también se mueve para encontrar donde están los mejillones o las gambas con el mejor precio o calidad. Incluso existen grupos guiados por una persona experta que te muestran cómo escoger y cocinar el pescado que se compra en el mercado. Pagando por el servicio, claro está.
En Biillinsgate Market uno puede observar cómo se dividen en zonas geográficas en un total de 98 stands y treinta tiendas de Británicos, Pakistaníes, Asiáticos… Cada uno con diferentes cualidades y variedades.
También encontramos una sección de ahumados o congelados. No faltará el tipo con bigote que grita sin parar precios con un tiburón pequeño o un cangrejo del tamaño de una cabeza humana en la mano.
Con diferencia lo más útil de este entrañable pero estresante lugar son sus precios. Aquí no te cortan el pescado ni se dedican a vender unas gambitas. Te dan el salmón entero o una caja de gambas mínimo. La venta al por  mayor reduce los precios y amplia cantidades hasta límites insospechados.
Salir con un salmón entre tus brazos como si de un recién nacido se tratara, una caja de sardinas o de gambas es algo habitual si acudimos a este festival marino.
Son múltiples la posibilidades de un sitio que abre todos los días menos el lunes y ofrece el mar a tu alcance a precio de seducción.
Salgamos del Fish and Chips, el típico salmón de restaurante de quince pounds el plato y descubramos que en la capital inglesa quien madruga y se mueve hasta east London tiene pescadito o marisco,  rico, fresco y barato….


Photos by Fernando Bauzà.

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