sábado, 2 de julio de 2011

Fête de la musique y Auvers sur Oise

Convencido por mi compañero de piso, amigo natal de la capital francesa, decidí embarcarme al gran evento durante el solsticio de verano en Paris.
Era mi tercera vez en esta ciudad convertida en un museo. La diferencia es que esta vez el museo estuvo enriquecido por la fiesta de la música. Todo Paris se había convertido en un concierto ambulante.

Algunos tocaron en grandes escenarios delante de Louvre o en la misma plaza de la bastilla, otros se escondían en algún túnel de paso o esquina poco concurrida. 

No importó el gusto musical, al final si tienes la oportunidad de empezar desde buena mañana, cada grupo te parecerá curioso en su género. Se pudo disfrutar desde música caribeña, folclore francés, bandas de percusión o viento, rock o incluso samba africana. 

Al caer la noche las calles cobraron un color más electrónico o moderno. Este año el dj y productor Richie Hawtin realizó un majestuoso show visual dentro de una galería de arte, donde algunos de los presentes afirmaron haber visto la experiencia musical y visual más bonita de sus vidas. Al ser una fiesta privada en Paris, no todo el mundo tuvo fácil acceso. Sin embargo es muy fácil quedar seducido por el encanto parisino, saltando de concierto bordeando el rio Sena. Incluso el french kiss en medio de un puente con Notre Dame de fondo podría ser oportuno en una noche tan musical en una ciudad con ese aire pasional. El vino , queso y paté acompañaron en todos nuestros momentos culinarios. 
 
Quizás sea cierto que te sientes más romántico, pero en este caso los franceses lo consiguen adornando toda Francia con ritmo, concretamente en Paris lo sentí un poco más. Despertar con una "boulangerie" cerca fue fundamental. Aunque tampoco descarto hacer una hoguera, freír sardinas y beber toda la noche debajo de la luna en cualquier playa mediterránea. Simplemente hay que saber apreciar como cada uno celebra un día del año a su manera. 


Por otro lado para los curiosos del arte y poseedores de tiempo para moverse, no dejaría Auvers-sur-Oise de lado. El pueblo donde Vincent Van Gogh se hospedó durante su posterior momento en el psiquiátrico. Allí disfruté del mejor steak tatare y un momento de calma en el río y en los campos de espiga que rodean el cementerio dónde el famoso pintor está enterrado. Es una interesante forma de tener otra visión de Francia. Si te quedas con sólo Paris es probable que te lleves una visión muy urbanita ,independiente y antisocial.


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