Un pequeño paraíso

¿Quién dice que no es posible perderse en una isla desierta olvidada de la civilización en el mismo mar Mediterráneo?
Siendo sinceros es una utopía pero la sensación es real y perfectamente comparable. Por supuesto, el verano es la estación adecuada que te acomodará y ambientará en el "paradise", y lo mejor es que está al alcance de todo el que vaya a Menorca y sepa nadar. En la Platja d´es Grau, en el nordeste de Menorca, se encuentra una pequeña isla separada de la costa menorquina por un pequeño canal donde el agua te llegará hasta las rodillas en algunos tramos, donde el fondo está al alcance de tu visión en los lugares más profundos, gracias al color turquesa de éstos. Este lugar se llama la isla de Colom.

En mi opinión, descarto la opción de llegar con un velero y fondear delante de la playa más hermosa, básicamente porque no tengo barco. La solución es cargar con todos los bártulos en una barca inchable de unos 10 euros aproximadamente y zarpar a la mar, todo es posible mientras tengas un sentimiento aventurero acompañado de una ilusión.
La idea es dirigirse a la esquina más cercana a la isla de Colom desde la platja d´es Grau. Podrás observar que solo se sitúa a unos 200 metros de la costa menorquina y es el lugar más asequible para llegar chapoteando con tu barca. Hay que tener en cuenta que existe mucho tráfico naval en el tramo, así que sin prisas pero sin pausas en 35 minutos llegarás a la platja els Tamarells(Los Tamarindos). Una lengua de arena acariciada por una sábana cristalina y vestida con un verde pinar te acogerá al tocar tierra. Sólo se tiene que buscar un buen pino donde gozar de una sombra ocasional y dejar pasar el tiempo. Sin moverte puedes observar que estás rodeado de una gran fauna: lagartijas, gaviotas en las rocas, algún escarabajo y hormiga te entretendrá durante un tiempo.

El plan de pasar la noche es una bonita opción. Existen varios lugares detrás del pinar "si te dedicas a explorar la isla puedes hacerlo" pero, curiosamente tres cuartas partes de ella son de la familia Roca. Ésta compró la isla después de que fuese utilizada como Lazareto o se intentara explorar con la minería. Ahora es una isla prácticamente privada, perteneciente a un parque natural. 

Desde este momento ya sabes dónde existe un lugar donde se toca el paraíso, adornado por un camino aventurero, donde no es necesaria ni la ropa ni el reloj en un día de verano como los que se aproximan. 
Ojalá todos tuviésemos ese lugar donde escondernos cuando viene la crisis, cuando los corruptos proponen y hay que decidir, cuando no tenemos trabajo y no lo encontramos, cuando queremos arreglar un país y no se nos escucha. 

Hoy he publicado este artículo porque está sucediendo algo importante de cara a los españoles y de importancia mundial. Estamos creando un pequeño paraíso de opinión. Hemos salido a la calle para hacer una Spanish Revolution y se mueve rápido. Ha llegado a London. Hemos llegado a un punto de no retorno, donde debemos actuar si no queremos caer en la autodestrucción donde el propio creador de la enfermedad tiene la cura.